Pues por agua que no sea…
Ya no me recordaba de un invierno
como el de este año. Dicen los más viejos del lugar que antes los inviernos
siempre eran así. Puedo dar fe de ello, pues en mi juventud recuerdo que todo
el año estaba lloviendo menos parte del verano.
Esto de ir al sorteo de cotos es lo
que tiene, pillas cotos para un día, te viene el tiempo como viene, y es tirar
el dinero, pues ir hasta Covas, como que nó.
Así que para perder unas horas, nos quedamos cerca de casa, pescaremos el coto del Ouro, que lo tenemos
al lado . La zona escojida, la parte alta del coto, del puente de Lagoa para arriba y abajo.
Intentando buscar los remansos que quedan
en las orillas entre las raíces de los árboles, por que la corriente es en
algunos puntos bastante fuerte.
Como el río va como va y el vadeo se
asemeja un poco complicado, y ante la insistencia de la benjamina de que esto
de besitos y fotos a las truchas coló un año pero este no le convence mucho y
quiere probarlas por primera vez, pues hay que hacer de tripas corazón y recordando viejos tiempos, sacamos
del baúl de los recuerdos las cucharillas y los rapalas. Espero que sirva de práctica para el
campeonato de Ombreiro de este sábado próximo que no me quiero ni pensar cómo
debe de ir el Miño.
Como la mañana estuvo bastante
tranquila y no llovió, pues cambiando de zonas buscando aguas un poco más
paradas, alguna fue callendo.
Mientras el nutrias, alias “Jugando
con anélidos” y "Cigarreras sí, gracias", debía de estar muy mimetizado, porque me fue imposible dar con
él y mira que lo busqué.
Después dicen que en el Ouro no las
hay grandes. Hombre no es para tirar cohetes, pero alguna tiene.
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